Saturday, November 13, 2010

Nunca digas nunca jamás

La organización criminal SPECTRE roba dos armas nucleares y amenaza con usarlas si a cambio no se le entrega una gran suma de dinero. Al agente del servicio secreto británico, James Bond, le asignan el caso, su primera pista es el industrial Maximilian Largo.


LA MÁS ARDUA AVENTURA DE JAMES BOND

Los orígenes de Nunca digas nunca jamás (Never say never again, 1983) son bastante complejos. La película es un remake de Operación Trueno (Thunderball, 1965), cuarta producción oficial de la saga de James Bond llevada al cine por EON Productions (productora de todas las películas del agente 007) y protagonizada por Sean Connery, protagonista también de Nunca digas nunca jamás. Esta nueva versión se trata de una película no oficial de 007 y las razones de su existencia intentaré explicarlas en los siguientes párrafos.

Inicialmente Operación Trueno iba a ser el debut en el cine del personaje creado por Fleming. La productora Xanadu Productions sería la encargada del proyecto, bajo el título "James Bond, secret agent". Ernest Cuneo, uno de los dueños de la productora, escribió un relato corto basado en una idea de Kevin McClory, que sería la base de la historia y Ian Fleming sería el encargado de novelizar el guión.

Nunca se ha sabido realmente quien fue el responsable de la creación de la organización SPECTRE en la historia, si Fleming o McClory. Pero sí se sabe que Fleming aportó a la historia detalles como la creación del villano Henrico Largo, el personaje de Domino, la idea del robo de las armas nucleares y la lucha final submarina que envuelve a Bond y Leiter contra los hombres de Largo.

Jack Whittingham fue contratado en 1959 para escribir el guión final. Durante dos años Fleming, McClory y Whittingham estuvieron trabajando en el libreto, pero Xanadu Productions dejo de existir y el proyecto se paralizó temporalmente.

Tiempo después, Fleming conoció a los productores a Harry Saltzman y Albert R. Broccoli, a los que vendió los derechos de las novelas de Bond, tanto los escritos como los que publicará en el futuro, todos, excepto Casino Royale, cuyos derechos ya habían sido vendidos anteriormente a otros productores.

Fleming tomó todo el material que se había desarrollado para la frustrada película "James Bond, secret agent" y lo convirtió en una novela de título Operación Trueno. Pero antes de ser publicada McClory consiguió una copia y junto con Whittingham impuso una demanda contra Fleming por "plagio y falsa atribución". La demanda no impidió que la novela fuese publicada.

Durante el tiempo que duró la demanda Whittingham cedió sus derechos del guión a McClory. En 1963 Fleming y McClory llegaron a un acuerdo extrajudicial, en él se estableció que en las posteriores ediciones que se publicasen de la novela debía aparecer una página en la que figurase la frase: "Basado en una adaptación para la pantalla de Kevin McClory, Jack Whittingham y Ian Fleming", exactamente en ese orden. Además se estableció que McClory tenía derechos sobre todos los aspectos de la novela y que podría realizar su propia adaptación al cine, aquí es donde surgió Nunca digas nunca jamás. Pero aun no estaba todo decidido.

McClory intentó conseguir financiación para filmar su película, pero tras una serie de intentos fallidos no le quedó más remedio que recurrir a Harry Saltzman y Albert R. Broccoli. Con Eon Productions realizó en 1965 Operación Trueno, cuarta entrega oficial de la saga Bond y que contó con un apoteósico éxito comercial. McClory apareció acreditado como productor de la película, mientras que Saltzman y Broccoli sólo aparecieron con un "Harry Saltzman y Albert R. Broccoli presentan". Richard Maibaum y John Hopkins fueron acreditados como guionistas, pero se indicó "basado en un guión original de Jack Whittingham", añadiendo "basado en una historia original de Kevin McClory, Jack Whittingham e Ian Fleming".

En su acuerdo con Eon Productions, Kevin McClory renunció a realizar otra versión de Operación Trueno en un plazo de 12 años. No fue hasta 1976 que McClory intentó realizar su propia película sobre James Bond, para ello se asoció con Sean Connery e intentaron crear una película original sobre el personaje, de título Warhead, pero una demanda de United Artists paralizó el proyecto. Con el apoyo del productor Jack Schwartzman y la major Warner Bros. McClory ganó una decisión del Tribunal Superior contra la United Artists y pudo realizar por fin su película sobre 007, bajo unas condiciones que le obligaban entre otras cosas, que sólo podía basarse en los guiones originales o en la novela Operación Trueno, pero no en la adaptación cinematográfica estrenada en 1965.

Pero la historia no acabó todavía ahí, aun tuvo un capítulo más. En los 90 McClory intentó realizar una nueva versión de Operación Trueno bajo el título de Warhead 2000 A.D. y bajo el sello Sony (al parecer con la intención de que Liam Neeson o Timothy Dalton la protagonizasen), pero una demanda de la MGM (dueña de los derechos de distribución de la saga) y Danjaq LLC (dueños de Eon Productions) impidió que se realizase. En 1999 MGM y Sony llegaron a un acuerdo extrajudicial por el cual Sony cedió sus derechos sobre Bond a la productora del león, en el mismo acuerdo la segunda cedió sus derechos parciales sobre Spider-Man a Sony. Y en 1997 MGM obtuvo a cambio de 15 millones de dólares los derechos de Nunca digas nunca jamás tras la compra de Orion Pictures. Esto puso punto y final a la odisea que vivió la película.

Nunca digas nunca jamás vio la luz finalmente en 1983 siendo dirigida por Irvin Kershner (El imperio contraataca), con guión de Lorenzo Semple Jr (Los tres días del Cóndor, Flash Gordon) y protagonizada por Sean Connery, Kim Basinger, Klaus Maria Brandauer, Barbara Carrera, Max von Sydow, Bernie Casey, Alec McCowen y Edward Fox.


LA BATALLA DE LOS BONDS

Nunca digas nunca jamás no sólo tuvo que competir con las comparaciones que se hicieron con Operación Trueno, sino que además tuvo que verse las caras con otra película de James Bond, ésta producida por Eon Productions, Octopussy, estrenada el mismo año que el film de Kershner. En un principio ambas películas iban a estrenarse en la misma fecha, se iban a estrenar dos películas de James Bond, protagonizadas por los dos actores que más popular han hecho al personaje, Sean Connery y Roger Moore. Los medios se hicieron eco del acontecimiento, denominándolo "La batalla de los Bonds" y no hicieron si no aumentar la polémica sobre el mismo.

La prensa partía que la película que saldría victoriosa sería la de Connery, por significar su regreso al personaje, siendo siempre el Bond original, además Nunca digas nunca jamás partía de un presupuesto mayor (36 millones) que Octopussy (27,5 millones) y fue más publicitada. Tras el exitoso estreno de ambas, finalmente con 4 meses de diferencia, Octopussy se sitúo como la vencedora con 67.893.619 de dólares de recaudación en EE.UU. y 119.600.000 de dólares en el resto del mundo, frente a los 55.432.841 en terreno norteamericano y los 104.600.000 de recaudación mundial de Nunca digas nunca jamás. Lo mismo sucedió en conceptos de alquiler en EE.UU., la película de Roger Moore recaudó 34.031.000 de dólares y la de Sean Connery 28.200.000 de dólares. Pero el tiempo ha colocado a Octopussy en su lugar (y pese a ser la más entretenida de la saga) está claro que es inferior a Nunca digas nunca jamás.


VALORACIÓN

Está claro que cuando los creadores de Nunca digas nunca jamás decidieron llevar la producción al cine, lo hicieron con un ojo puesto en las películas de la Eon Productions, ya que el film sigue la línea marcada por las películas de la saga oficial de James Bond, repitiendo los esquemas de la misma. No falta la canción original de mismo título que la película que suena en los títulos de crédito, el prólogo de acción para introducir al personaje, la escena en la que Q le entrega a 007 sus gadgets o el clásico "Mi nombre es Bond, James Bond". Pero pese a ser una imitación de aquellas películas, lo hace con todo el respeto al personaje. Los productores sabían cual era la fórmula del éxito y decidieron apostar por usar todos los mecanismos que habían hecho de 007 un éxito en el cine, en lugar de apostar por nuevos caminos más arriesgados. Es cierto que el germen del Bond cinematográfico ya estaba presente en el guión escrito por Fleming, McClory y Whittingham años atrás (SPECTRE, la trama del robo de las bombas, el emplazamiento en la Bahamas, el barco de Largo, etc.), pero los responsables de Nunca digas nunca jamás toman descaradamente los elementos que hicieron más populares al Bond de EON Productions y que no estaban presentes en el Bond literario y esto se ve reforzado con la presencia de Sean Connery en la película. Aunque no podemos obviar que si un actor podía en aquel momento presentar cara al Bond de la saga oficial, ese era Connery.

Como remake de Operación Trueno la película de Kershner la supera en todo (la única excepción sería la banda sonora de Michael Legrand, que en muchas escenas resulta anticlimática). Para empezar la dirección del responsable de Robocop 2 siempre se muestra como clásica, elegante y artesanal, que supera a la fría y funcional de Terence Young. Una escena me lo demuestra, el vals que Bond y Domino bailan mientras éste le revela que su hermano ha sido asesinado por orden de Largo, en dicha escena el director aprovecha de una forma excelente el formato panorámico y demuestra un uso excepcional de su impresionante decorado y sienta las bases de lo que debe desprender una película de 007, elegancia y espectáculo. También destacaría otros momentos igual de brillantes, como la introducción de Fatima Blush o la elipsis que pasa de Bond y Fatima haciendo el amor en el barco a su inmersión en el mar.

El guión de Lorenzo Semple Jr es también superior al de Maibaum y Hopkins, los diálogos y su construcción es superior, pese a seguir los mismos pasos, el avance de la historia está mejor desarrollado, las notas de humor están bien insertadas y pese a algunas concesiones cara a la galería o fuera de tono (la escena del videojuego, la muerte de Fatima, el porqué Largo no mata a Bond en lugar de abandonarlo en una fortaleza en Palmyra o la aparición final submarina de Domino con el ejército), el relato es siempre entretenido y eficaz. Y es de agradecer que en ningún momento se intente ocultar la edad de Bond, a diferencia de los films de Roger Moore, aquí se hacen continuas referencias a la madurez de 007 e incluso el final de la película marca su retiro como agente con ese "nunca" (aunque su guiño a cámara y el inicio de la canción "Never say never again" dejaban la puerta abierta a nueva aventura).

El Largo de Klaus Maria Brandauer le gana por goleada al de Adolfo Celi. Kim Basinger seduce más con su Domino que Claudine Auger. Barbara Carrera se convierte en toda una roba escenas. Max Von Sydow como el líder de SPECTRE es el mejor Blofeld que uno se pudiera imaginar. Y Sean Connery sigue siendo tan buen Bond como siempre, pese a tener unos cuantos años más encima.

Como toda película de 007, no falta su dosis de espectáculo. Las escenas de acción son solventes, algunas vibrantes (la persecución en moto), otras divertidas (la pelea en la clínica) y otras con la tensión justa (la emboscada submarina con tiburones). Las localizaciones están aprovechadas al máximo (principalmente Las Bahamas y Niza) y no nos podemos olvidar de los efectos visuales, excelentes para su época.

Nunca digas nunca jamás es una película incomprendida por su condición de film "no oficial", el resultado está por encima de muchas de las películas de la saga oficial y merece ser reconocida como la película digna, espectacular y entretenida que es.


Curiosidades:

Hay cambios en el nombre de algunos personajes entre Operación Trueno y Nunca digas nunca jamás. En la primera el personaje interpretado por Claudine Auger se llamaba simplemente Domino, mientras que el interpretado por Kim Basinger en Nunca digas nunca jamás se llama Domino Petachi, a su vez el personaje interpretado por Adolfo Celi en la primera película era Emilio Largo, mientras que éste pasa a llamarse Maximillian Largo en la segunda.

A Richard Donner le ofrecieron la dirección de la película, pero declinó la oferta.

Steven Seagal fue instructor de artes marciales en la película. Durante una explicación le rompió la muñeca a Sean Connery al enseñarle como realizar un movimiento.

Al compositor John Barry le fue ofrecida la composición de la banda sonora de la película. Él compuso la banda sonora de 10 películas de James Bond de la saga oficial. Pero declinó la oferta por respeto a Albert R. Broccoli.

El casino donde Bond y Largo se enfrentan en el videojuego "Dominación" se llama Casino Royale.

Barbara Carrera declinó usar una doble de cuerpo para rodar sus escenas de sexo con Sean Connery.

Éste fue el debut en el cine de Rowan Atkinson. Años después el actor realizaría Johnny English (2003), película que parodia los films de James Bond.

La mujer que "pesca" a James Bond en Las Bahamas está interpretada por Valerie Leon, quien también trabajó en La espía que me amó (1977) en el papel de recepcionista de un hotel.

Fue la primera película de James Bond cuyo título original no fue escrito por Ian Fleming.

El actor Robert Rietty que interpreta al ministro italiano trabajó en Operación Trueno (1965) poniendo voz al personaje de Emilio Largo.

Kim Basinger nunca había visto una película de James Bond cuando aceptó intervenir en el film.

La participación de Max von Sydow en la película se vio reducida considerablemente, al ser sólo unas pocas de sus escenas incluidas en el montaje final.

La actriz Amy Irving tuvo una participación no acreditada como la voz del ordenador que usa Jack Petachi para escanear su ojo.

La actriz Marsha A. Hunt trabajó en la película interpretando a una asistente de Blofeld, pero todas sus escenas fueran cortadas. Lo mismo le sucedió a la actriz Brenda Cowling (vista en Octopussy).

El actor Max von Sydow trabajó en 4 películas escritas por Lorenzo Semple Jr, Los tres días del Cóndor (1975), Huracán (1979), Flash Gordon (1980) y Nunca digas nunca jamás (1983).

La película reutilizó planos de efectos visuales submarinos del film Estación polar Zebra (1968).

Nunca digas nunca jamás fue la única película de los 80 que se basó en un novela completa de Ian Fleming, el resto de películas se basaban en partes de novelas o en relatos cortos.

El título original de la película (Never say never again) está supuestamente basado en un conversación entre Sean Connery y su mujer, a quien le dijo que tras participar en Diamantes para la eternidad (1971) nunca más volvería a interpretar a James Bond. El actor se contradijo así mismo cuando aceptó participar en Nunca digas nunca jamás. Su mujer le dijo "Never say never again" (nunca digas nunca otra vez).

Klaus Maria Brandauer iba a interpretar a Marko Ramius en la película La caza del Octubre Rojo (1990), pero se rompió una pierna antes de comenzar el rodaje y fue él quien sugirió a su amigo Sean Connery para el papel.

El productor Jack Schwartzman quería a James Horner para componer la banda sonora de la película, pero Sean Connery se opuso. Michael Legrand fue contratado tras un encuentro casual con Connery en los pasillos del estudio.


Gadgets:

Moto propulsada con cohetes, que le permite saltar grandes distancias.


Pluma dispara proyectiles.


Reloj con láser incorporado.


Misil con dispositivo volador XT-7B.

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